La Muerte y lo que significa para mi, en este momento.
Como antecedente, en los últimos cuatro a cinco años he perdido entre personas muy cercanas a mi y a dos mascotas, que son como mis hijos.
En el caso de las personas que perdí, fueron dos muy cercanas, mi tío Lalo y mi abuelita Gloria, ambos por parte de la familia de mi mamá, y por parte de la familia de mi papá a mi tío Pedro.
Los tres murieron por enfermedades degenerativas, mi tío Lalo y mi abuelita Gloria fue cáncer, y mi tío Pedro fue por diabetes.
De los tres el que más me dolió fue mi tío Lalo, que murió de 49 años, con dos niñas chicas y que por el momento no sé qué es de su vida, ya que esta situación degradó y quebró la relación familiar, desde tíos y primos, en donde había dos bandos.
De alguna forma el que murieran para mi fue el aprender a respetar la vida y a disfrutarla, ya que por años dediqué tanto tiempo a mi trabajo que mi relación familiar quedó desplazada, generando situaciones de mucha fricción y dolor con mis papás, de alejamiento con mis primos y de casi olvido de mi abuelita, tíos y algunos primos.
En el caso de mi tío Lalo pude ser testigo de una degradación de una persona fuerte, optimista y que se enfrentó a la vida con mucho valor, a llegar a ser totalmente dependiente y nunca voy a olvidar aquella imagen de su cuerpo en la caja, en donde estaba tan acabado que no lo podía reconocer. En el caso de mi abuelita Gloria, el recibir la noticia de mi mamá de que tenía cáncer en el páncreas y una semana después visitarla, todavía lúcida, diciéndome que me quería, que se acordaba de cuando era niño, y disculpándose conmigo, sin tener claro por qué. Lo bueno es que tuve la oportunidad de pasar una tarde junto a ella, poder recostarme, abrazarla y decirle que la quería mucho. Finalmente mi tío Pedro, si bien mi relación con él no fue tan cercana como el caso de mi tío Lalo y mi abuelita Gloria, en algún tiempo convivimos y hubo cercanía, de finales de los 90's a las últimas veces que lo pude ver en las reuniones en Querétaro estaba tan acabado, delgado, con un color amarillo, sin embargo con fuerza y ganas de vivir lo que le quedaba bien. El día que me dijeron que había muerto, fue más mi dolor por mi papá, al tener que ir a despedir a uno de sus hermanos, el primero que se va.
Ahora, en el caso de mis mascotas, de mis perritos. El primero en irse fue Fluke, aquel perro que llegó a la casa, sin aviso, recorrió toda la privada, se acercó a nosotros, se metió a la casa, se acostó abajo de una mesa que había entre la sala y el comedor, a la semana de habernos casado y de habernos cambiado de casa. Gracias a su llegada una casa desconocida fue convirtiéndose poco a poco en un hogar. durante siete años el llenó de alegría nuestros corazones con sus ocurrencias y su forma muy específica de ser, tan cariñoso, hasta nos hablaba.
Aquel 2013 para mi fue un año muy difícil, porque en marzo, para ser precisos el 29 de marzo que es mi cumpleaños muere Fluke, el 15 de Agosto muere mi tío Lalo, y dos semanas después salgo de mi primer trabajo importante, después de 14 años de dedicar mi vida, sin poder despedirme, saliendo por la puerta trasera, por la "gran negociación", sin poder agradecer a la gente con la que crecí, el lugar en donde viví éxitos y fracasos... ese trabajo que de alguna forma me ayudó a tener lo que hasta ese momento tuve. Nunca había llorado por una mascota por como lo hice por Fluke, y tristemente es la primera ocasión de otras que siguieron.
En 2017, empezando el año, pasando por un proceso en donde Gina y yo no teníamos trabajo, que vivíamos de nuestros ahorros, que tenía un poco más de dos meses de estar sin trabajo, Ozzy presenta un ataque, como convulsiones, algo que jamás voy a olvidar, el ver a aquel perro feliz, que corría por todo el patio cuando lo perseguía, aquel Ozzy que era el que más se parecía a su papá, a Fluke, estaba retorciéndose, cuando salgo y lo veo en el patio lo cargo, entro a la cocina, me siento en el suelo y lo abrazo muy fuerte, tratando de calmarlo sin tener éxito alguno.
Tuve que despertar a Gina que ya estaba dormida para que me ayudara y que decidiéramos qué hacer con Ozzy, lo subimos a una de las recámaras, mientras yo lo cargaba, Gina trataba de tranquilizarlo hasta que decidimos hablar con una doctora, que vino a la casa, en donde lo inyectó tratando de calmarlo hasta que llegó el punto de tomar la decisión de dormirlo. Esa ha sido una de las decisiones más difíciles para mi, y lo peor fue que yo no quise estar ahí, me subí y lloré hasta que se me iba la voz, hasta que no podía más, y tuvo que subir Gina a decirme que me calmara para que Ozzy pudiera irse porque no quería dejarnos. Hasta que se lo llevaron. Días después regresó en una cajita que pusimos junto a Fluke, y que por cierto están Togo y Abril para hacerse compañía.
Y hoy, en 2018, sabiendo que Stinky es un perrito muy viejito, que llegó junto con Fluke en el 2006 a nuestra casa y que los dos formaron nuestro hogar está en sus últimos momentos, sabía que llegaría ese momento, pero es tan difícil poder aceptarlo, ver que ya no come, que a penas toma agua, que no se levanta, que se queda acostado y dormido por horas solo esperando el momento de irse.
Es tan difícil poder seguir con la vida, teniendo a ese cuerpo chiquito que durante muchos años estuvo a nuestro lado, recordando como corría, con esa energía, su forma de llorar cuando llegábamos a la casa, cuando salía para darle de comer, para lavar el patio... está ahí, en un espacio de la casa solo esperando el momento.
Lo que ha pasado en estos momentos me llena la cabeza de tantos pensamientos que me cuesta trabajo procesar, que el tiempo avanza y que no perdona, que todos nos haremos viejos, que muchas personas que han estado, van a dejar de estar y que al llegar ese momento no sé que voy a hacer, cuando mis papás dejen de estar, no sé que voy a hacer, pensar en mis tíos, en mis primos, en mis amigos, y saber que nos vamos a ir, Y QUE NADA SE PUEDE HACER me llena de tristeza y de impotencia.
Me hace pensar que llegamos al mundo solos y nos vamos solos, que en un momento nacemos y empezamos a existir y en otro momento así de rápido dejamos de existir. Y en verdad que aunque sé que es un proceso natural de la vida, me aterroriza, no sé cómo procesarlo...
Stinky, gracias por darnos tu vida y perdóname por lo que que hice que no fue lo mejor para ti, como gritarte, hacerte a un lado cuando se acercaban los otros niños, perdón. Lo bueno fue que me di cuenta, y al menos en tu vejez, pude ser más tierno contigo. Gracias, Gracias, Gracias.
A Fluke, mi tío Lalo, mi Abuelita Gloria, a mi tío Pedro, a Ozzy y a Stinky les agradezco por hacer más blando mi corazón y por hacerme entender que la vida es solo una y que hay que vivir cada momento al máximo, porque no sabemos cuando dejamos de existir.
29/07/2018